LOS NEGOCIOS DE JOAN NADAL FLORECEN A LA PAR QUE LOS ASCENSOS POLÍTICOS DE LA SOCIALISTA

Francina Armengol (PSOE), una máquina imparable de escándalos: su pareja pasó de estar tiesa a facturar más de 4 millones de euros

La trayectoria de la ahora presidenta del Congreso está jalonada de follones: abusos a menores tuteladas, incumplimiento de las restricciones por el Covid o la persecución a la lengua española

Francina Armengol.
Francina Armengol.

Francina Armengol (PSOE) debe de ser una experimentada participante del juego de la oca.

La socialista, remedando la popular frasecilla de este entretenimiento de mesa, va de escándalo en escándalo y tira porque le toca.

El último lo saca este 22 de septiembre de 2023 el diario ‘El Debate‘ con la firma de Alejandro Entrambasaguas y vuelve a hacer referencia a su pareja, el empresario balear Joan Nadal.

Según las informaciones que maneja este medio, este hombre de negocios pasó de estar completamente tieso, con 14 bienes congelados por Hacienda, a facturar más de 4 millones de euros.

Y todo ello, casualmente, desde que la política del PSOE comenzó su meteórica carrera, comenzando con las dos legislaturas como presidenta del Gobierno de las Islas Baleares y ahora como rectora del Congreso de los Diputados.

Antes de que Armengol accediera a la poltrona presidencial autonómica, Nadal pasó auténticamente las de Caín al ver como el fisco le bloqueaba varias plazas de garaje:

En una primera intervención, el 22 de septiembre de 2014, constan cuatro aparcamientos que fueron requisados para responder a una deuda de 36.400 euros, amén de unos intereses por demora de 2.961,37 euros y una suma adicional del 25% sobre la suma de ambos importes en concepto de costas y gastos.

Un años después, el 21 de septiembre de 2015, de nuevo la Agencia Tributaria le pidió cuentas por un pufo de 34.733 euros más 1.816,91 euros de intereses y el 25 % de ambos importes. Así que se le bloquearon otras cinco plazas de garaje. Finalmente, en ese mismo año tuvo que ver como se le congelaban otras cinco plazas de aparcamiento para hacer frente a una pella de 34.075 euros, 1.702 euros de intereses de demora y el mismo porcentaje de las anteriores veces por los costes generados por la deuda.

Ya en 2016, con Armengol en el Ejecutivo balear, los bloqueos de Hacienda dejaron de producirse y la facturación de la empresa de su pareja, Jardines de Tramuntana, se disparó hasta más allá de los 4 millones de euros y casi rozar los 5 en el ejercicio de 2019.

Curiosamente, antes de la llegada de la socialista a la Presidencia de las Islas Baleares, la empresa de Joan Nadal apenas pasaba de los dos millones de euros anuales.

Menores explotadas sexualmente

Lo cierto es que Francina Armengol tiene tras de sí una ristra de escándalos de marca mayor.

Por ejemplo, en la parte final de su última legislatura, en 2021, le estalló en la cara el caso de las menores tuteladas que habían sido explotadas sexualmente.

La socialista, lejos de querer arrojar luz sobre unos hechos tan graves, intentó echar tierra e insultar a todo aquel que quisiera conocer con detalle qué había sucedido, tal y como le pasó a Jorge Campos (VOX), que tuvo que soportar toda clase de insultos.

Al final, por muchos obstáculos que el PSOE pusiera, no pudo evitar que una misión de la Unión Europea viajase hasta el archipiélago para saber de primera mano qué es lo que había pasado.

De fiesta en mitad de unas inundaciones mortales

Octubre de 2018.

La localidad mallorquina de San Lorenzo, muy cerca de Manacor, la patria chica de Rafa Nadal, sufría unas inundaciones catastróficas.

Mientras diez personas perdían la vida, muchas otras se quedaban sin sus viviendas y demás ensereres, el Ejecutivo de Armengol estaba al mejillón, a correrse una juerga infame en un medio de comunicación.

Para más inri, cuando el tenista balear no solo dio dinero, sino que se puso como uno más a las tareas de limpieza y a disponer sus instalaciones para los afectados por las riadas, los socios podemitas de Armengol se lanzaron en tromba contra Nadal al que acusaron de querer hacerse la foto.

Las restricciones por el Covid no computan para Armengol

Otro episodio que dejó ver la verdadera cara de la política socialista.

En octubre de 2020, cuando España aún estaba sumida en plena pandemia por el coronavirus y cientos de personas perecían a diario, a Francina Armengol le pareció oportuno saltarse todas las restricciones.

Hay que recordar que el Gobierno sanchista comenzó a hacer dejación de funciones y a cargarle el mochuelo a las autonomías a la hora de endurecer los controles horarios y de movilidad.

Baleares, una de las comunidades más restrictivas en materia horaria, saltó a la primera página de la actualidad por la actitud irresponsable de su presidenta, a la que pillaron a altas horas de la madrugada en un bar de copas.

Según el atestado policial, se habían sobrepasado las dos de la madrugada cuando el local debería de haber estar cerrado a la 1.

Por supuesto, ni disculpas ni mucho menos la posibilidad de presentar la dimisión por esta pillada.

Persecución al español y los símbolos de la nación

Durante sus dos legislaturas al frente del Gobierno balear, Francina Armengol se mostró como una política enemiga de todo lo que representa España, desde su lengua a sus símbolos.

Imposiciones para meter el balear / catalán en todos los rincones de la administración pública que, en muchos casos, acabaron en denuncias y en sufrir auténticos rapapolvos judiciales.

Pero si algo le venía a dar auténtica alergia a la socialista era la bandera de España.

Hasta tal punto que sus políticas propiciaron la expulsión de 30 alumnos del Colegio La Salle, en Palma de Mallorca, por colocar la enseña rojigualda durante la celebración del Mundial de Qatar en el que participaba la Selección Española.

Una profesora de Lengua Catalana obligó a los estudiantes a retirarla y estos, al negarse, fueron expulsados. Y encima el centro respaldando las políticas de inmersión linguïstica impulsadas desde el Ejecutivo regional.

Aparte, desde el propio gabinete de Armengol se otorgaron más de 100.000 euros para que los habitantes de Baleares utilizasen como lengua recurrente el catalán.

Pinganillos y traductores en el Congreso

El último esperpento en la carrera de la política del PSOE se sitúa en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo.

Su primera y polémica medida fue la de dar el visto bueno a que se empleen las lenguas cooficiales durante los plenos y para que todos se puedan entender, se aprobó una partida cercana a los 300.000 euros para adquirir pinganillos y traductores.

Aunque Armengol sabía que la propuesta iba a salir adelante, decidió unilateralmente, a pesar de las protestas fundamentadas de PP y VOX, que se hablase ya en todas las lenguas antes de la aprobación del cambio de reglamento.

Sin duda, otra muesca más en una política socialista que, visto lo visto, es resistente a todos los escándalos.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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