Fábula de Esopo para niños: El águila y la flecha

Esopo y las fábulas como espejo del alma humana


Publicado por Patricia Fernández, bloguera y periodista especializada en ocio y tiempo libre
Creado: 20 de abril de 2025 09:26 | Modificado: 20 de abril de 2025 09:32


Desde hace más de dos mil años, las fábulas de Esopo continúan siendo una fuente inagotable de sabiduría. Estos breves relatos protagonizados por animales que piensan y actúan como humanos nos enseñan lecciones valiosas sobre la vida, el carácter y las relaciones entre las personas. Aunque su estructura es sencilla y sus historias breves, su mensaje es profundo y universal. Por eso, las fábulas de Esopo siguen formando parte del aprendizaje de niños y niñas, ayudándoles a desarrollar valores como la empatía, la humildad, el respetoo la autocrítica.

Una de estas fábulas, "El águila y la flecha", aborda un sentimiento muy humano: el dolor que sentimos cuando somos heridos por algo o alguien vinculado a nosotros mismos. En esta historia, el orgullo de un animal tan majestuoso como el águila se ve destrozado por una flecha que lleva sus propias plumas, revelando que, a veces, el golpe más duro no viene del exterior, sino de aquello que creíamos parte de nosotros.

Fábula de Esopo El águila y la flecha

Fábula para niños: El águila y la flecha

(Escena: Un acantilado alto con vistas a un extenso valle. El sol brilla y el viento sopla suavemente. Un águila vigila desde lo alto, con las alas ligeramente abiertas y la mirada fija en el suelo.)

  • Narrador: En lo más alto de un peñasco escarpado, un águila observaba el movimiento de las liebres en el valle. Desde su posición privilegiada, esperaba con paciencia el momento justo para lanzarse en picado y capturar a su presa. Era ágil, fuerte y confiaba plenamente en su habilidad como cazadora.

  • Águila (pensando): Ningún animal escapa de mi vista. Desde aquí lo controlo todo. Solo necesito un segundo para lanzarme y obtener lo que deseo.

  • Narrador: Pero aquel día, algo inesperado sucedió. Sin que el águila lo notara, un cazador que pasaba por la zona alzó su arco y apuntó directamente hacia ella. Con precisión y rapidez, disparó una flecha que voló silenciosa entre el viento... y alcanzó al águila en pleno vuelo.

  • Águila (gritando de dolor): ¡Aaah!

  • Narrador: Cayó al suelo, herida de muerte. En su caída, la flecha quedó clavada entre sus plumas. Entonces, al mirar de cerca, el águila se dio cuenta de algo sorprendente y cruel: las plumas de la flecha eran suyas. El cazador las había recogido de una presa anterior y las usó como parte del proyectil que ahora le quitaba la vida.

  • Águila (con tristeza): ¡Qué doloroso es saber que muero por causa de mis propias plumas! No hay mayor tristeza que ser vencido por lo que uno mismo ha dado.

  • Narrador: Así, el águila cerró los ojos con una mezcla de dolor físico y emocional. No era solo la herida del cuerpo, sino la herida del alma lo que más le dolía.

 

Moraleja: Más profundo es nuestro dolor cuando nos vencen con nuestras propias armas
Esta fábula, aunque breve, transmite una enseñanza poderosa. Es común sentir frustración cuando nos enfrentamos a la derrota, pero el dolor se hace mucho más profundo cuando quien nos hiere utiliza algo que nosotros mismos proporcionamos. Puede tratarse de una palabra, una actitud, una información compartida con confianza... y que luego se vuelve en nuestra contra.

Para los niños, esta historia es una forma de comprender que no todo el daño viene de fuera y que es importante actuar con responsabilidad, pues nuestras propias acciones pueden regresar y afectarnos. También enseña a no presumir en exceso de nuestras habilidades o atributos, ya que el orgullo desmedido puede volverse en nuestra contra.

Esta lección se aplica en muchos ámbitos de la vida: en la escuela, cuando alguien traiciona una amistad usando secretos compartidos; en la familia, cuando una palabra dicha con rabia deja huella; o en la vida adulta, cuando las decisiones propias terminan dañándonos más que ayudarnos. Aprender a actuar con prudencia, empatía y humildad puede evitar que nuestras "plumas" se conviertan en flechas.

Preguntas de comprensión lectora

  1. ¿Dónde estaba el águila al comienzo de la historia y qué hacía?
  2. ¿Quién atacó al águila y cómo lo hizo?
  3. ¿Qué descubrió el águila al mirar la flecha que la hirió?
  4. ¿Por qué el águila se sintió aún más triste al ver la flecha?
  5. ¿Cuál es la enseñanza principal de esta fábula?
  6. ¿Puedes pensar en alguna situación real donde alguien haya sido herido por algo que él mismo creó o dijo?

 

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