El método Montessori para padres novatos
Una nueva forma de educar a tus hijos en el desarrollo de la autonomía.
Está de moda y se habla mucho del método Montessori pero no siempre se sabe lo que hay detrás de este nombre tan sonoro. Empezamos una pequeña guía para no iniciados.
¿Cómo es posible que el apellido de una italiana (médica y pedagoga) que murió en 1952 esté en boca de tantos padres y madres del siglo XXI? Lo cierto es que María Montessori y su famoso método están por todas partes: desde los colegios que llevan su nombre, hasta las mesas de las librerías, repletas de obras sobre el tema, o los estantes, que ofrecen su material.
Para un padre o una madre joven, resulta imposible escapar a este fenómeno. Lo cierto es que, desde hace años, el nombre de María Montessori escomo una promesa «de lo mejorcito» en educación. Pero, a menudo, esta promesa queda reducida a una idea borrosa, como reconoce Alicia, madre de Camila y de Marcelo, de uno y tres años: «Inevitablemente, me llegan por la televisión o por la prensa diferentes cosas sobre Montessori pero, de ahí a explicar en qué consiste... Me parece que tiene que ver con dejar que los niños desarrollen su autonomía, ¿no...?». Alicia lo ha expresado claramente: el entusiasmo suscitado por Montessori a veces distorsiona su verdadero propósito. Así lo ratifica Anne Bideault, experta en este método: «A menudo se hace referencia a Montessori en términos de rendimiento: saber leer a los cinco años; contar a los cuatro años y medio... cuando, en realidad, se trata de la realización personal del niño, de su capacidad de ser él mismo, con la idea de educarlo en la paz y en la convivencia como gran proyecto base».
Para llevarlo a cabo, María Montessori parte de una constante de su tiempo: el niño vive oprimido por el adulto, más fuerte que él, que dispone de él y le hace adaptarse al entorno de los adultos. Citando sus propias palabras, esta sumisión «lleva a la negación de su personalidad». En consecuencia, hay que hacer una revolución doméstica para otorgarle su lugar como ser humano de pleno derecho. Montessori considera que el niño enseña a los educadores lo que necesita y que son ellos quienes deben crear un marco adaptado, organizativo, en el que el niño sea lo más libre posible. Por supuesto, no se trata de «contemplar tranquilamente cómo el niño hace trizas las cortinas del salón», como dice con una sonrisa Charlotte Poussin, experta en la pedagogía Montessori, pero sí de favorecer un interior donde el pequeño pueda manejarse con un máximo de autonomía y de implicarle en la vida cotidiana del hogar para que aprenda mediante la práctica. Un entorno acogedor, pero no artificial, a semejanza de las «Casas de los niños» fundadas por la pedagoga: los vasos de cristal de verdad; los muebles que hacen ruido cuando se mueven... contribuyen a afinar el control de los movimientos y a generar experiencias que sirvan de base. Por nuestra parte, los adultos tenemos que entrar en una lógica de propuesta,no de imposición, lo que no resulta nada fácil porque, como asegura Anne Bideault, «tendemos a ser demasiado intervencionistas con nuestros hijos. Con Montessori, tenemos que aprender a mantenernos al margen, a aceptar "perder el tiempo" para dejar al niño hacer las cosas a su ritmo».
A los padres nos corresponde establecer nuestro umbral de intervención para cumplir el principio de María Montessori: el adulto debe decir y hacer lo necesario para permitir al niño manejarse solo de manera útil.
El método Montessori no es solamente una pedagogía orientada hacia el niño: implica auténticos cambios en la actuación parental. Y esto también es apasionante: si el niño se enriquece actuando por sí mismo, el adulto, a su vez, gana al concebir para él este entorno propicio. Como decía María Montessori, todos tendemos a hacernos cómodos y nos hace falta un ser nuevo que nos despierte y nos mantenga atentos; un ser que actúe por su cuenta y que nos diga cada mañana: «¡Mira, hay otra vida, vive mejor!». ¿Listos para lanzarnos?
© Bayard Presse-Pomme d'Api parents 620.
Texto: Joséphine Lebard-octobre 2017.
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